Vivir juntos, de prueba, para ver si “somos compatibles” y ver si podemos funcionar, es ante todo una falta de respeto y consideración hacia el otro.
Las personas no somos electrodomésticos para probarnos.
Donde no existe respeto, no puede existir amor, por más que nos empeñemos.
De momento estamos haciendo una utilización del otro.
Eso no funciona.
¿Por qué tantas y tantas parejas que viven juntas, se separan seguidamente apenas se casan?
Si tu pareja te dice vámonos a vivir juntos de prueba es que no te quiere. Punto. Si te vas con alguien que no te quiere, tienes un problemón.
Por ser políticamente correctos somos cobardes y permitimos que la realidad no se presente tal y como es. Y dejamos que se viva en el engaño. No cuentes conmmigo. Te digo las cosas en este sitio de Prevención de Riesgos Matrimoniales. Si no te gustan, pues tú mismo/a. No quiero buenismos ni posiciones almibaradas en algo tan valioso como es el matrimonio entre un hombre y una mujer, entre el amor conyugal y otras cosas que nada tienen que ver con el amor.
Dejemos las cuatro estadísticas y estudios de no se qué centros, universidades o sabios del momento. No confundamos nunca amor y querer a otra persona con otras cosas que nada tienen que ver. Veamos la esencia de las cosas.
Si tu pareja te dice vámonos a vivir juntos de prueba es que no te quiere.
¿Por qué no te quiere? Porque no siente respeto por tí. Previo al amor es el respeto. Sin respeto el amor no existe. Punto. Al hacerte esta proposición, queriendo vivir de prueba, lo que hace es considerarte como un producto al que hay que probar. Tú eres una persona, no un producto, no una cosa. Por tanto, al no sentir respeto por tí, no podrá quererte nunca ¿lo entiendes?
Pero si los dos estamos de acuerdo. Como vemos cuánto fracaso hay en las relaciones de pareja, pensamos que si vivimos juntos de prueba, tenemos la posibilidad de conocernos y ver si nuestra relación puede funcionar. Así no nos equivocamos si nos casamos.
Cierto. Estáis de acuerdo en compartir un techo; compartir los gastos; disponer de sexo más o menos garantizado; daros compañía por no estar solos. Sí. Estáis en una relación comercial.
En una relación comercial el cliente tiene que probar el producto. Por cierto, que vosotros, el producto, os amortizáis muy rápido ¿sabes cuán rápidos pasan los años? Con lo preciosa que estabas al principio… con lo atlético que estaba el mozo…
Cómo sóis producto a prueba, os tenéis que “vender”. Cada uno tiene que ofrecer al otro la mejor imagen posible e intentar tenerlo siempre contento y satisfecho. Sigues siendo un objeto pues estás al servicio del otro. En vuestra mente queda, si llegamos a casarnos, ya te cambiaré y ajustaré las cuentas. Pero eso no funciona.
Como estáis a prueba os falta compromiso y responsabilidad.
El amor entre un hombre y una mujer es imposible sin el compromiso.
El compromiso hace que, ante las dificultades y frustraciones de la vida diaria, luches por superarlas. Si no tenéis compromiso ¿por qué váis a luchar? Con lo sencillo que es decir que esto no funciona…lo siento, vamos a dejarlo.
Responsabilidad. ¿Y si te quedas embarazada? ¿Abortas? ¿Quién se encargará del bebé? ¿Quién va a criarlo? ¿Quién va a mantenerlo? ¿Qué quieres, que por una prueba que hicimos esté todo mi vida comprometido? Y con la familia de ambos ¿qué pasa?
Si quieres querer ¿te estás dando cuenta “quieres querer”? a tu pareja, hay otras vías. Mira a tu alrededor.