En mi experiencia como orientador he comprobado que cuando se acompaña a las personas a superar sus dificultades, éstas cuentan con los recursos y habilidades suficientes para afrontar sus dificultades.

Para afrontar esta situación solo tenemos tres vías:
- Trabajar para salir/superar la situación.
- Romper la relación.
- Continuar la relación viviéndola de otra forma, ya que algunas cosas no tienen solución.
Trabajar para salir de esta situación.
Nadie, cuando inicia una relación lo hace con una fecha de caducidad. Esperamos que nuestra relación dure toda la vida. No obstante lo cierto es que en ninguna relación de pareja —tanto en régimen de convivencia o casada legalmente— se puede asegurar que reinarán la armonía y felicidad con carácter permanente. Así que, las dificultades y problemas están a la vuelta de la esquina. Si queremos cumplir con nuestro compromiso con el otro y con la relación misma es evidente que lo primero que haremos es tratar de superar las dificultades y no tirar la toalla a las primeras de cambio.
Si estamos interesados, tenemos a nuestra disposición la ayuda de terceras personas, incluso de profesionales en los distintos ámbitos, para que nos acompañen en esta tarea de reconducir nuestra vida de pareja.
Ahora bien, buscar ayuda lo hemos de hacer con un verdadero interés y no utilizar a las personas y a las instituciones que prestan esta ayuda como un pretexto para una autojustificación y decir tranquilamente que lo hemos intentado todo, hasta hemos ido a ver a…, pero nos separamos porque lo nuestro no funciona.
Se ha trabajado pero no se superan los problemas. ¿Rompemos o continuamos con la relación?
Ahora vamos a vivir momentos de angustia, de incertidumbre, porque ha llegado el momento de tomar una decisión.
Esta decisión puede ir encaminada a la ruptura de la relación porque no es viable, o bien, también se puede considerar la continuación de la relación, pero viviéndola de otro modo y con otras expectativas.
Cuando una relación no funciona, hay una decisión que parece ser la normal y correcta que es la de romper la relación. Esta es una solución fácil, aconsejada por muchos “profesionales de las distintas ramas” que ante todo aconsejan eso de ser “auténticos”, vivir la propia vida y no sé qué cuantas cosas más. Por supuesto, aquí no se contemplan los intereses de terceros, como pueden ser los hijos, familiares y otros.
Tampoco se consideran los principios y valores morales de las personas —aunque cueste creerlo todavía hay personas en este mundo que tienen sus principios y sus valores, por ejemplo que el matrimonio es para toda la vida y solamente contemplan la ruptura ante situaciones muy, pero que muy excepcionales.
Tomar una decisión
Posiblemente hayas visto algunos de los cuestionarios o listas de chequeo aquí en el blog. Posiblemente, al ver el contenido de estos cuestionarios y verte reflejado en algunas de las situaciones, te ha vuelto mucho más confuso. Es natural. Y es porque, cuando tenemos que tomar una decisión, vivimos la angustia y la incertidumbre que implica esa decisión. A veces guardamos la esperanza que el tiempo arreglará la situación y que no es necesario tomar decisión alguna.
Pero esto no es así. El tiempo no mejora la situación, sino que, probablemente la empeorará.
Por un lado sientes que es necesario romper la relación, pues no te imaginas vivir lo que te queda de vida con el sufrimiento que estás experimentando. Por otro, sabes que también, esta relación tiene alguna cosa buena que no te gustaría dejar.
Si te paras a pensarlo, a lo largo de nuestra vida hemos estado viviendo situaciones como esta. Sabíamos que las cosas no estaban funcionando, pero no tomábamos ninguna decisión, por ejemplo en un trabajo que no nos gustaba.
No obstante sabes que tienes que tomar una decisión porque no te puedes pasar la vida dudando continuamente.
- ¿Me permites algunas consideraciones para que tomes una decisión?
- Recuerda:
- Vas a tomar una decisión de si rompes la relación o continuas con ella, en este caso viviéndola de otro modo. Ahora en los siguientes pasos, vamos a ver el presupueto de romper con la relación. Estos pasos y estrategias también te ayudarán para verificar si es posible continuar con la relación, pero de otro modo.
- Todas las decisiones importantes derivan casi siempre de hipótesis, de supuestos que hacen que tomemos una decisión por un lado o por otro.
- Vamos a olvidarnos de la certeza. La certeza como que no existe, Cree más en ti, fíate de ti mismo. La sabiduría que nos da la experiencia es suficiente en la mayoría de las ocasiones.
— Un inciso. Hay quién piensa que cuando una relación no funciona estamos asistiendo simplemente a un fracaso en la relación. También hay autores que piensan que no es que se haya fracasado, sino que se ha recorrido todo el camino en la relación y ya no hay más futuro. Es otra forma, más suave de verla ¿verdad?
Un pensamiento de Michael S Broder:
Las relaciones que terminan no lo hacen por fracaso, sino porque ha recorrido todo su camino.
Así, según esto podemos contemplar lo siguiente.
Es posible que también hayas visto esto mismo a otros elementos que fueron importantes en tu vida, como un puesto de trabajo, una carrera profesional, o un modo de vida que quisiste llevar hace ya algún tiempo.
Piensa en la familia de la que procedes, tus padres y tus hermanos principalmente. Dime, ¿si te marchaste de casa quiere decir que tus relaciones familiares han fracaso?. Pienso que no. Lo único que ha ocurrido es que una época de tu vida ha terminado, ha concluido, ha finalizado. Aunque la transición pueda haber sido difícil (y la mayoría de las transiciones en la vida —incluso las felices— tienen sus períodos de dificultad), no significa que te arrepientas.
¿Ha llegado la hora de marcharse?
Si después de trabajar el cuestionario de autoevaluación piensas que tu relación ha seguido su curso, su camino hasta el final, podemos ver algunas cosas que te van a servir en este período de transición.
- Establece los pasos lógicos y prácticos que has de dar en el proceso de poner fin a tu relación y, después haz una lista provisional de las cosas por hacer para que te salga bien el gran cambio que ves en tu vida. No te asustes. No es una tarea abrumadora. Haz pequeños bloques que a su vez tienen pequeñas tareas. En la lista puedes ver algunas cosas como encontrar una vivienda, consultar a un abogado, obtener el dinero que necesitas, decirle a tu pareja, a tus hijos y familiares cuál es tu decisión, y cualquier otra cosa que necesites para iniciar ya esta transición a tu nueva vida.
- Para cada apartado de tu lista de cosas por hacer, piensa cómo puedes hacer las cosas de la mejor manera posible, sin generar más dolor o levantar más obstáculos a cualquier otra persona que esté involucrada en esta decisión. Recuerda que todavía estás en la fase de planificación. Esto significa que todos tus pensamientos y decisiones internas sólo los sabes tú, y por tanto, piensa que estás en una esfera de tu vida que es privada. En este momento, no hay nada que necesites compartir con alguien. Sólo te sugiero que tengas precaución frente a terceros: presta especial atención a los asuntos referentes a tus hijos, quienes son casi siempre las personas más vulnerables en este período.
- Haz una lista de los recursos o personas de apoyo que puedas necesitar en estos momentos, para que te ayuden a resolver las cuestiones relacionadas con la separación (sentimientos de culpabilidad, cólera, temores y ansiedades, soledad o aislamiento.
¿Merece la pena quedarse?
Soy persona una persona con esperanza en las relaciones de pareja. A veces, muchas parejas si hubieran esperado un poquito más habrían salvado su relación. ¿Sería posible todavía que ambos podáis trabajar para resolver los problemas más graves? Si así fuera, tu, vuestra relación sería viable.
Cuando has realizado la autoevaluación, has tenido la oportunidad tanto de definir cuáles son los problemas como de establecer si su riesgo es bajo, moderado o alto. Supongamos que has decidido continuar con la relación. ¿Me permites unas preguntas para tu consideración? También les puede interesar a tu pareja.
- ¿Qué aspectos tan problemáticos os han llevado tan lejos? Si lográis poneros de acuerdo al menos sobre la naturaleza de vuestras desavenencias y desacuerdos, te comento que ya habéis dado un paso significativo en la dirección correcta.
- ¿Qué tendría que ocurrir para que la relación fuera viable?
- ¿Quiere tu pareja introducir algunos cambios que son importantes para hacer realidad la posibilidad de continuar juntos? ¿Los quieres hacer tú?
- ¿Qué cosas tenéis o podéis hacer juntos para dar una nueva vida a vuestro matrimonio, a vuestra relación?
- ¿Os mostráis inflexibles en este terreno cualquiera de los dos?
- Si no hay perspectivas de cambio por parte de ninguno o de alguno ¿cabe la posibilidad de que aprendáis a aceptar las cosas tal como son?
- Si esta aceptación es el único sacrificio importante que tendríais que hacer, ¿estáis dispuestos a hacerlo por el hecho de salvar vuestra relación y no causaros más daños tanto a vosotros como a otros —por ejemplo los hijos?
- ¿Qué significa la relación para ti tal y como es en este momento?
- ¿Qué es lo que estás dispuesto a dar a cambio a tu pareja?
- *Si tu relación no mejora nunca* ¿cuál sería el próximo paso que dieses? ¿Qué criterios mínimos tienes para deducir que tu relación se puede salvar? ¿Cuáles son los de tu pareja?
- ¿Te estás empeñando en que tu pareja sea algo que no es? Por ejemplo: ¿tu mejor amigo, alguien con quien te puedes sentir más sensual, un confidente con quien compartir más intimidades, una persona en la que puedas confiar más que hasta ahora…? O, sencillamente ¿alguien con quien puedas llevar una vida pacífica’
- ¿Cuáles son los pasos específicos que tenéis que dar para llevar a cambio los cambios necesarios que puedan salvar vuestra relación?
- Imagínate incorporando a los hábitos de tu vida esos cambios que has identificado. ¿Cómo sería entonces tu relación?
No hay respuestas fáciles o correctas.
Si mantienes tu matrimonio o tu relación de pareja que no funciona, piensa en todo lo que se te ocurra para averiguar la razón de que aguantes en esa situación sin llegar a la ruptura.
- ¿Es por los hijos?
- ¿Es por motivos relacionados con el dinero?
- ¿Es debido a un sentimiento de culpabilidad por lo que le ocurrirá a la pareja si tomas la decisión de una forma unilateral?
- Si no tuvieses más lazo que el vínculo emocional con tu pareja (es decir, si no hubiera ninguna limitación externa que te dificultaría la ruptura, como la independencia económica o la presencia de hijos más o menos pequeños) ¿qué harías, continuar o terminar?
Principios básicos a tener en cuenta.
- Mucha gente piensa que para terminar un matrimonio o cualquier otra relación amorosa, tienes que despreciar literalmente a la persona de quien te propones separarte. Sin embargo no es así. Salvo raras excepciones, una relación que no está siendo útil para los dos no es en el fondo beneficiosa para ninguno. No solo es posible, sino completamente común que a uno le siga importando profusamente su pareja como persona, mientras se va dando cuenta que la relación no funciona.
- Las personas raramente cambian de forma significativa y permanente, si es que lo hacen alguna vez, por la única razón de que su pareja le pide que cambien. Lo normal es que den largas al asunto, apaciguando a la pareja con promesas. Por consiguiente, el cumplimiento de algunas de éstas solo equivale a introducir cambios temporales.
- Cuando se deciden hacer cambios permanentes, son casi sin excepción pensando en el beneficio propio y no en el de su pareja.
- A menos que tu pareja y tú deséis realizar sinceramente los cambios que consideráis necesarios para salvar vuestra relación, solo consiguiréis prolongar vuestra situación actual. Y esto en el mejor de los casos. Los cambios solo serán permanentes si tu pareja ve claramente que redundarán en su beneficio personal, y que por tanto, le va a resultar ventajoso aceptarlos. Y lo mismo vale para ti.
- Si ocurre que cualquiera de vosotros ya no quiere que continúe más tiempo la relación, es muy poco probable que se pueda seguir viviendo juntos para cubrir mecánicamente el cubrir las apariencias o conservar la posición social.
- Naturalmente, podéis continuar viviendo juntos toda la vida, en tanto que ninguno de los dos requiera que la relación sea más de lo que es ahora. Sin duda alguna, muchas parejas asumen un compromiso perpetuo basado en:
—Los hijos.
—La religión.
—La necesidad económica.
—La conveniencia.
—El rango social.
—La «adicción» a la relación.
—La falta de deseo verdadero de introducir los cambios en el estilo de vida tras una separación.
—El miedo tremendo a quedarse solo.
Aunque ésta no es la elección preferida por la mayoría, se ha llegado a convertir ciertamente en la elección que hacen muchas personas. Y es normal que la mayor parte de quiénes han conservado la relación más por miedo que por deseo terminen lamentándolo, ya sea el miedo de volver a vivir como una persona soltera o cualquiera de las excusas con que se pretende ocultar el miedo a la soledad.
Si todavía no sabe qué hacer acerca de si tu relacion puede o no funcionar a largo plazo según tus deseos, ¿puedes considerar algunas de estas estrategias?
- Define una regla para saber exactamente si tu relación debe continuar o no. Por ejemplo, haz una lista de lo que tendría que ocurrir para sentir dentro de ti un sentimiento de paz. ¿Estás pensando a corto o a largo plazo? Con frecuencia, gana la visión a corto plazo. Pero ¿es previsible, por cualquier razón, que llegues a lamentar más adelante la decisión que tomas hoy?
- Imagínate que esta situación que estás viviendo tú, la viven unos amigos tuyos. ¿Qué les aconsejarías que hiciesen? Piensa una vez más que no hay respuestas correctas o equivocadas, sino elecciones que debes hacer. ¿Te las aplicarías a ti, esas mismas normas, consejos, pautas a seguir…que le estás aconsejando imaginariamente a estos amigos?
- Si ves que la situación no tiene solución, establece una fecha límite de estar juntos para estar separados. La mayoría de las relaciones con fallos en la convivencia se caracterizan por la existencia en ellas de una gran cantidad de peleas, discusiones, distanciamientos e indiferencia. Nadie es feliz, y sin embargo nadie da los pasos para romper o dar los pasos necesarios para cambiar las cosas. Cuando se toma esta clase de acuerdo, la de poner una fecha límite, surge una sensación de alivio por la única razón de que el final está a la vista.