Primer compromiso: vivir el amor según la palabra de Dios.
Al casarse en la Iglesia el compromiso que adquieren los esposos es de vivir su matrimonio bajo la inspiración, la lógica, el mandato de la palabra de Dios.
La pareja que se casa en el Señor fundamentará su vida conyugal y familiar en la palabra de Dios, se confrontará con ella, se dejará iluminar, conducir y estimular por ella. Y es que casarse en el Señor es casarse con el Señor.
Cristo que vive en ti; Cristo que vive en mí; Cristo que vive entre nosotros.
¿Cómo ve estos pensamientos?
Si pienso que Cristo está viviendo a través de mi esposa ¿cómo voy a tratar a mi esposa? Si pienso que Cristo está viviendo en mí ¿cómo me voy a tratar yo? Si Cristo está viviendo entre nosotros a través de nuestra relación ¿cómo va a ser nuestra relación?
Reconocer que no se está a la altura de lo que la relación, el matrimonio conlleva.
Vivir el amor es una llamada a relacionarse con el otro. Esto nos pide que salgamos de nosotros , de nuestras necesidades, de nuestras expectativas, para encontrarse con otras expectativas y responder a las necesidades del otro. ¿Qué sientes? ¿Qué necesitas? ¿Cómo puedo contribuir a tu bienestar?
El centro siempre es el otro. Y no estamos diseñados para esto, sino muy al contrario, estamos diseñados y vivimos solo pensando en ¿QUÉ HAY DE LO MÍO?