Acepta a tu pareja tal y como es, no como tu quieres que sea. Queda muy bien eso del amor entre los esposos, los enamorados y todo lo que pensemos. Pero en realidad tendemos a querer solamente a la persona como nosotros deseamos que sea.
Acepta a tu pareja tal y como es y verás como mejora tu relación.
No aceptamos muy bien eso de dejarla ser, porque entonces puede que no nos guste o no nos satisfaga, y, entonces eso del amor queda un poco alejado.
Aceptar al otro tal y como es es una de las más grandes pruebas de que efectivamente se le quiere. Si no es así, sencillamente no lo estamos queriendo. Claro que esto, que suena tan fuerte, como que ni lo pensamos.
Nos queremos autoconvencer, porque nos decimos, «si yo lo que quiero es que sea mejor, que avance y mejore en esto o en lo otro…» cuando en realidad lo que queremos es que piense, siente y actúe como a nosotros nos interesa y deseamos.
El empeño de cambiar a toda costa al otro.
Uno de los más grandes riesgos en la relación de pareja es el empeño en cambiar al otro. Si a esto añadimos el deseo de salirnos siempre con la nuestra, pues entonces, sencillamente apaga y vámonos.
Escucha. Lo que causa dolor no es la diferencias del otro sino la resistencia que tenemos a aceptar esas diferencias.
Es más importante el bienestar psicológico de la familia que el salirte con la tuya. Salirte con la tuya es una de las cuestiones que siempre, siempre lleva a un desacuerdo. Cuando existe un desacuerdo, cada uno de los esposos o novios se aleja del otro. Y si nos alejamos, ciertamente que no vamos a parte alguna.
Si damos más protagonismo a atender el bienestar psicológico de la familia esto hace que aumente la posibilidad de que tu pareja tenga acciones y palabras positivas; también que aumenten las gratificaciones ─actitudes, hechos, palabras─ que nos llevan a sentirnos amados y apreciados por el otro.
Si haces lo contrario, y, siempre estás presionando al otro o haciéndole chantaje afectivo, acabarás echando de menos al hombre que no le has dejado ser; o soñando con aquella dulzura y suavidad de la mujer que enamoraste que has agriado con tu rudeza.
Sociedad de Responsabilidad Compartida.
El matrimonio, la relación de pareja, siempre es una sociedad de responsabilidad compartida. Si hay algo que no funciona en la relación no existe un único responsable del malestar.
¿Es posible comprender esas diferencias esenciales entre tu y el otro/a que provocan el conflicto entre vosotros? Solamente podrás encontrar sentido en tu relación cuando atiendas al otro, respetándole. ¿Puedes llegar a la conclusión de que hay cosas en él/ella que a tí no te agradan pero que la persona sí te gusta?
¿Eres capaz de redimensionar el enfado y reducirlo a sus justos límites puesto que el otro no es un enemigo?
Es imposible abordar los problemas que se presenten en la relación si alguno de los dos se siente juzgado, incomprendido o rechazado por el otro. Estos sentimientos solamente producen desencuentro, alejamiento. No llevan a una buena convivencia.
Seamos realistas. El único que tiene la verdad soy yo. La única forma buena que existe de pensar, sentir, ver, de actuar, es la mía. El otro siempre está equivocado, y además, como que tiene una cierta maldad.
¿Es así tu sentimiento?
Yo, cuando discuto con mi mujer, la única que está equivocada es ella. Hasta que un día llegué a pensar que, a lo mejor yo podía no tener razón, a lo mejor yo estaba equivocado o a lo mejor había otra forma de ver las cosas. Desde entonces mantengo una mejor relación.
A la pareja se la quiere con sus defectos, porque los tiene. Lo contrario, además de utópico es una falta de amor como la copa de un pino.
Respeto, consideración.
Además, este empeño en cambiar al otro lleva ímplicito una falta de respeto hacia el otro. La convivencia no es posible sin el respeto y la estimación recíproca.
El respeto es atención, deferencia, amabilidad, el aceptar opiniones e ideas diversas de la propias, estima; en definitiva es consideración.
Volviendo al objetivo de esta entrada, hay que aceptar al otro como es y tratarlo con benevolencia.
Y esto de la benevolencia ¿qué quiere decir?. Vamos a ver si me explico.
Cuando dos personas ya llevan mucho tiempo viviendo juntas, cada vez se conocen mejor y saben sus recovecos, sus fallos, sus pequeños egoísmos, sus miserias, sus puntos débiles.
Ver a una persona con la que se vive al miscroscopio es como firmar el certificado de defunción de esa relación afectiva. ¿Por qué? Pues porque en las personas anida todo lo grande, noble y bueno que pueda pensarse, pero también se hallan en su interior las miserias, los aspectos negativos, los defectos que nos podamos imaginar…que anda, para qué te voy a contar.
Pero cuando se ha vivido tiempo con una persona ─y se le quiere─ uno sabe disculpar, comprender, justificar, excusar, perdonar…Esto es el amor.
También, cuando queremos al otro, buscamos ante todo su crecimiento como persona, y eso conlleva posiblemente ver la mejora de algunos aspectos de su persona que pueden ser susceptibles de mejora. Pero eso no es pretensión de hacerlo cambiar y que se adapte a nuestros gustos o necesidades. Eso es aceptación del otro tal y como es.